Aquél
sábado en el cine, la media tarde ya se vivía con los augurios del amor declarado y recíproco. Entre todas
mis dudas le hablé escuetamente de mis sentimientos, con un tonalidad que se
desprendió tímido y dulce. Ingrid dejó
el histrionismo de su naturaleza juvenil, y bajó la cabeza llevada por la
importancia del momento y apenas pudo sonreírme, entonces tapó su rostro con mi
hombro cuando se levantó para abrazarme, mientras mis ojos reposaban en un
anciano hermoso. Allí empezó. Creo que percibí ciertos problemas en todo
aquello, en el medio del cine todavía con la luces encendidas, porque decidí
instantáneamente no esperar al final de
la película para declarar mis sentimientos… como todo hombre enamorado siempre
abandona su plan… los pasos… Pero decía
que por primera vez en muchísimo tiempo o puede que sea la única, sentía que mi
vida se abría a lo ancho y el final resultaba en un infinito de paz y
conformidad. Era ese abrazo mi destino, porque sonrió de nuevo y entendí que no
la agobiaba la natural rareza de todo aquello. Al final de aquella tarde, donde
luego caminamos de la mano por una calle que encendía sus luces y todo ese
brillo hacía que la alegría también estuviese afuera, en el medio de una
conversación interrumpida de risas y miradas en las que nos relajábamos, fue
que me enteré su edad. Dieciocho años. Era la menor edad que esperaba, me había convencido que podría
tener al menos veinte…
En un momento
reconocí una calle solitaria y nos lleve hacia ella para aplacar mi vergüenza.
Era igual mágica… sentí al amor venciendo felizmente todos los impedimentos…
Ahora
en mi casa la esperó, para seguir con las clases… eso decidimos… Sí, me siento
ansioso, incómodo dentro del tiempo, él es lento y de repente se acelera,
también quiero quedarme en el presente, a él lo conozco. Cuando pasan veinte horas sin señales de ella temo que se
arrepienta y no pueda con nuestra aventura amorosa. A un hombre que ya ha
vivido, lo bueno y lo malo, le sucede a
menudo que siente que se encuentra en la etapa frágil de la alegría.