Entonces… le dije. Creo, que recuperando cierto poder en
mi mirada, para mostrarle que su triunfo era enfermizo, apenas momentáneo.
Infecundo. Me saludo, y se fue pero sin volver su mirada hacía mí, estaba
disconforme en algo, entonces entendí que efectivamente su triunfo no era
total. Quizás habría percibido que estaba dispuesto a dar pelea, y llevar su
derrota a duplicarse. Estoy triste pero me siento entero. A todas las personas
les hace muy bien sentirse de un lado, sobre todo si es el que les corresponde,
pero por pudor o inseguridad, muchas veces eligen los lugares medios, allí
donde comienza el declive de no saber bien quiénes son y estar endebles para
enfrentar aquello que a todo hombre lo
preocupa cada vez más, el envejecimiento y la muerte, a estas gravedades es
mejor observarlas desde cierta firmeza del alma y habiendo logrado cierto afecto por
sí mismo y entonces el hombre comienza una tristeza digna para ser cada vez mas
él mismo hasta el final.
jueves, 19 de diciembre de 2013
sábado, 14 de diciembre de 2013
Dioses negros (última novela editada)
Esta novela me ha costado mucho. creo que al final lo logré. Comienza con un drama sobre un asesinato en defensa propia y continua con la relación quebrada de un padre con su hijo, para al fin poner a los distintos dioses por los que atraviesa una mente y una sociedad, porque es Dios también un diálogo que se tiene con uno mismo y eso hace a varios Dioses... incluidos los Dioses negros. Creo que es también una obra espiritual. He tenido distintas criticas y bueno... hubo de todo... Saludos y mis respetos a todos.
Gabriel Dancygier
párrafo de " El escritor y la mujer francesa"
2:05
¿Por qué nos dicen que disfrutemos?
Fueron
tres horas de alegría hasta que la realidad se impuso que con todo su rigor, esa
de la que solo pueden escapar los muy sueltos de ideas y que viven
acostumbrándose a una libertad que los
hace radiantes mientras su alma se oscurece de indignidad. La búsqueda de
fruición a cualquier precio, el indómito placer. Es la pócima del depredador
que llena de saliva sus más bajos instintos, para que sea lo que sea. Es el
argumento de la mueca sin palabras, porque nunca justifican, sonríen estúpida y
criminalmente, en el terreno de los
escépticos, cuando descienden en ese espiral vertiginoso con la piel de quién
se lleven por delante, a la vida de las tinieblas y de los placeres furtivos, porque decidieron que la moral y la educación
no les sirvieron para nada…es, al fin de cuentas el resentimiento alegre. Hace tan mal vivir poco como hacerlo
demasiado. Uno es el desperdicio y el otro la imprudencia, la voracidad
egoísta. Yo no viví una gran vida pero
siempre veía en el espejo a un ser, observaba mi nariz rojiza e hinchada, mi incipiente
papada, mis ojos calmos y tristes, tanteaba mi erección dubitativa pero… ese
era yo. ¿Pero porque estoy escribiendo todo esto? Creo que conozco… lo que
explica de mí – o de mi historia de
amor- este furioso párrafo. Habla sobre
Jacqueline. Sobre mí y Jacqueline. Creo que es una dura réplica contra mí. Me
falta esa feroz ceguera para instalarme en el territorio, el lugar que se
pretende, el lugar de los placeres y de la conquista, nunca conseguí que los
pensamientos se deslicen para ser rápido acción, para poner soberbiamente mi cara ahí, olfateando y agazapado para preparar la tenaz mordedura. Aunque
conociendo los acontecimientos completos… no, no fue nada sencillo.
jueves, 12 de diciembre de 2013
Novela los culpables. Un hombre maduro con una jovencita
Recuerdo
la vez que cenamos los tres juntos y se crean nuevas ideas, ahora a las tres de
la mañana. La madre hace lo que puede cuando le toca estar en el agrio lugar
filicida. Y maneja entre quiebre y quiebre de la postura, la actuación, eso que
reniega a sacarse de encima. La conducta indebida, que a su pesar y
conocimiento la sigue deformando, aquello que queda cerca de la maldad. Pero no
desiste a abandonar aquel ego deficitario, y sigue siendo en detrimento de su
hija. La malicia es igual de irritante se la comprenda o no. En los semitonos
de su voz se distingue una culpa, una oscuridad, que sale a través de un envión descarnado, y
luego se diluye en una tristeza inmediata y parece derretirse en la nada, pero
aun así no deseo apiadarme de ella.
¿Qué
rol cumple Ingrid frente a su madre? No es tan claro, pero era en cualquier
caso su vasallo. Y si bien me desagradan los subordinados psíquicos; su edad,
la maternidad aplastante, me sumen en una pena de amor, para luego ser furia
abrumadora y luego venganza calma.
Las veces que me ahogo
en estos encierros mentales me
retuerzo al reconocer cómo se debe oscurecer el alma quebradiza de mi niña. Ahí,
siento su edad.
jueves, 5 de diciembre de 2013
Novelas Los culpables: Ligero fragmento. define la vision de una mujer amada y dormida.
Puede
que el sol que abriendo el día, creando en el verano la cordialidad de las
mañanas, sencillas de empezar, me
inducía a que observe meticulosamente el rostro dormido de Ingrid
acomodando la sábana que cubría la mitad de su cuerpo encogido, para crear así,
distintas imágenes de lo mismo. Ligeras modificaciones en una mujer amada
multiplican las facetas del amor. En mi interior, dispongo de la imagen de su
rostro infinidad de veces y son distintas unas de otras, son gestos de Ingrid que abren mi amor o a veces
refuerzan morbosamente mi obsesión, porque no es del todo bueno contar con
tantas maneras de pensar en alguien. En cambio, las imágenes de otras personas
que no son más que afines se
definen como conceptos hasta que se
diluyen y dejan de ser. Salvo el rostro de la tía, de quien recuerdo olores que
acompañan la sonrisa que procedía a cualquiera de mis felicidades y luego la
acompañaban con un leve fruncido de los labios emocionados, cuando caminaba con
su tan querible rodete. Besé a Ingrid suavemente en la frente y sentí un
desprendimiento triste cuando salí de casa para ir a visitar a Paulo y su
esposa, que habían regresado de su viaje.
miércoles, 27 de noviembre de 2013
La madre... Poesía.
¿Por qué una madre no puede sufrir frente a su recien nacido?
Esa fantastica pieza humana
es parte de los albures de todo hombre y toda mujer,
sabrá enseguida que su realidad es otra,
ya no sera la misma,
tiene en sus brazos un niño,
con un nombre pero sin un destino,
cuánto tendra que ver ella en que no sufra,
cuál sera la tragedia que lo eludirá o puede que no,
cómo se agarra algo tan pequeño,
es... segun dicen el instinto,
pero es una mujer,
y piensa demasiado.
Es sencillamente una madre
obligada a salir al enorme escenario
donde voces ancestrales y otras cercanas
le dicen
acá estas...
parada frente a la maternidad.
Y eso es estar sola.
Esa fantastica pieza humana
es parte de los albures de todo hombre y toda mujer,
sabrá enseguida que su realidad es otra,
ya no sera la misma,
tiene en sus brazos un niño,
con un nombre pero sin un destino,
cuánto tendra que ver ella en que no sufra,
cuál sera la tragedia que lo eludirá o puede que no,
cómo se agarra algo tan pequeño,
es... segun dicen el instinto,
pero es una mujer,
y piensa demasiado.
Es sencillamente una madre
obligada a salir al enorme escenario
donde voces ancestrales y otras cercanas
le dicen
acá estas...
parada frente a la maternidad.
Y eso es estar sola.
sábado, 23 de noviembre de 2013
Los culpables
Hablaban
tanto que entendí que no debía estar funcionando
todo tan bien. Luego, cuando ella se dirigió al baño, mi amigo me confesó que
el viaje los tuvo muy unidos pero que ella lloraba mucho, y que todo lo bello
que les sucedía se trasladaba a su inverso, cada alegría les resultaba antigua
y de un tiempo perdido, el presente se les hacía pasado a un ritmo doloroso. Ella
rehusó entrar a un cementerio que se visita de noche y de muchas cosas no
podían ni hablar. Luego fuimos los tres a cenar y fue allí donde me preguntó
cuáles eran sus posibilidades, y yo observaba como restregaba sus delicados
dedos, impaciente y asustada. Los dos quedaron en silencio esperando una
respuesta, si bien yo no conozco tanto la especialidad, estuve siempre en
contacto con su situación médica. Entonces les pregunte mirando a Pablo que
creían ellos… y ella se adelantó y dijo, las posibilidades son mitad y mitad,
lo mismo de vida lo mismo de muerte. Le observé los ojos y por primera vez me
dejé llevar por una presunción sobrenatural. No observé la muerte en sus
pupilas… Entonces fue que les dije, hay mucha vida, mucho más que la mitad, la
medicina es la mitad y la otra es la inmensa unión que hay entre ustedes. Estén
tristes y estén felices pero siempre juntos. Me avergoncé porque esa no era una
manera natural de hablar para mí, no estaba acostumbrado ni siquiera a los
sentimentalismos necesarios.
En
cualquier momento de mi vida me hubiera despreciado por caer en frases tan
ingenuas y engañosas… pero a pesar de ser poco fiables, aun así sean verdad o
se conviertan en verdad… Yo quería decirles eso… es necesario ser cuerpo de la tragedia
ajena. No, no estoy diciendo bien, ellos no son en nada ajenos, pertenecen a la
parte bella de mi pequeño mundo.
miércoles, 13 de noviembre de 2013
novela " Los culpables" Párrafo sobre las cavilaciones de un hombre algo culpable....
Cuando
le conté a Paulo sobre mi encuentro con Ingrid, me abrazó nuevamente pero más
emocionado… teme por la salud de su esposa y permanece siempre al borde del
llanto, estuve a punto de decirle la verdad sobre la edad de Ingrid pero no…
necesitaba antes crear un clima de confesión… no me siento culpable por mí,
pero le temo a los ojos de los otros… Sí, es eso… sostener la mirada. De todas
formas, es importante que Paulo me apoye… más, incluso que mi psiquiatra que ni
me felicito, debe ser que está prohibido mostrar alegría por un paciente o que
la prudencia lo obliga a estar pendientes de la suerte que puede cambiar a cada
rato sobre todo si más se vive. Presiento que debe pensar: por qué no consigo
una mujer de treinta y cinco años o cuarenta, pero en su pensamiento que
comienzo a adivinar sofisticado pero básico, debe creer que el amor se inventa,
se busca por catálogo, no piensa en las posibilidades reales de un persona, de
enamorarse dentro del azar… búsquese una de cuarenta diría… y yo le preguntaría
y hasta encontrarla… y que haré con Ingrid… no sabrá que decirme… no lo debe
tener pensado…. Su imaginación solo llega hasta: Búsquese una menos joven… eso
puede colarse entre doscientos libros de psicoterapia y psiquiatría para
revelar el mal uso de los cien mil millones de neuronas ayudadas por la
serpentina de corteza, ayudados por la
pereza que adopta la gran forma de la estupidez rotunda y evitable. Esto no pasó, pero quisiera ponerlo a prueba,
después de todo, un profesional debiera poder ayudarme.
lunes, 11 de noviembre de 2013
La infancia de mi padre. Poesía.
se decidio por fin a leerla,
en la áspera y contundente voz,
emocionada,
contaba su infancia,
con trazos reales,
empujando las oraciones con su recuerdo,
y su amor,
en la unica infancia que todos tienen,
es un lugar solo propio,
axiomático,
benditamente incuestionable
donde no hay más que reconocer el destino,
Mi padre emocionado leía frente a mi silencio calmo,
y repasaba el tiempo en que las cosas son todo,
y se las venera como la religión,
la aceptacion de los niños a la forma
de felicidad que les toque,
es imposible saber cuanto mi padre fue feliz
entre esos recuerdos,
pero es acaso una medida por la que un niño vive,
o solo le importa meterse dentro de su mundo,
y aprender a supervivir mientras se hace,
pero fue algo duro para él,
su llanto freno su lectura de recuerdos y de anecdotas
que lo ataban a aquello que
es adorado,
y se decidio por fin
a que yo termine de leerla.
en la áspera y contundente voz,
emocionada,
contaba su infancia,
con trazos reales,
empujando las oraciones con su recuerdo,
y su amor,
en la unica infancia que todos tienen,
es un lugar solo propio,
axiomático,
benditamente incuestionable
donde no hay más que reconocer el destino,
Mi padre emocionado leía frente a mi silencio calmo,
y repasaba el tiempo en que las cosas son todo,
y se las venera como la religión,
la aceptacion de los niños a la forma
de felicidad que les toque,
es imposible saber cuanto mi padre fue feliz
entre esos recuerdos,
pero es acaso una medida por la que un niño vive,
o solo le importa meterse dentro de su mundo,
y aprender a supervivir mientras se hace,
pero fue algo duro para él,
su llanto freno su lectura de recuerdos y de anecdotas
que lo ataban a aquello que
es adorado,
y se decidio por fin
a que yo termine de leerla.
Los culpables. Nueva novela. (pequeño fragmento)
La
madre de Ingrid volvió a contravenir las leyes de la maternidad, cuando con su
voz envolvente, sugestiva, intentando una complicidad oscura, pronunció mi
nombre y mi apellido del otro lado del teléfono. Seguramente, y me odiosamente
me reconforta decirlo, su anhelo de atraer a cientos de hombres y mujeres, no
se vieron concretados de acuerdo a los vanos intentos que había realizado con
su carácter ineficaz. Quería brillar, relucir… reinar sobre las personas y para
su letal contrapunto no consiguió ni siquiera desembarazarse de esa caricatura
que se dibuja por debajo de su piel tersa. Intentaba con su tono crear una
confiabilidad, actuando a que Ingrid estuviera cerca de ella y no debiera
escucharla. Mintió descaradamente, cuando delató que Ingrid ingería pastillas
para no comer y que desde niña siempre le preguntaba qué sentido tiene vivir si
todo era tan triste. Podría frenarse pero anestesiada a la vergüenza,
anacrónicamente seductora, se derrumbaba en el charco de su fragilidad. Detenerse en
algún silencio es para alguien así pisar
el futuro oscuro. A pesar, de saber que
lo que dice no llega, entonces redobla la apuesta y ahora preocupada dice que
teme por Ingrid, que hay asuntos que yo no conozco, pero ni pregunto, luego se
martiriza y habla de su propia infancia, y sus victimarios, pero ahora es solo
una táctica y no siento pena, me doy cuenta que estoy vengando a Ingrid, o puede
que también sea mi desdeñoso modo frente
a las miserias del espíritu.
domingo, 10 de noviembre de 2013
Parrafo "Los culpables" Nuevamente el problema de las edades, pero no le di las caracteristicas patologicas de Lolita.
Aquél
sábado en el cine, la media tarde ya se vivía con los augurios del amor declarado y recíproco. Entre todas
mis dudas le hablé escuetamente de mis sentimientos, con un tonalidad que se
desprendió tímido y dulce. Ingrid dejó
el histrionismo de su naturaleza juvenil, y bajó la cabeza llevada por la
importancia del momento y apenas pudo sonreírme, entonces tapó su rostro con mi
hombro cuando se levantó para abrazarme, mientras mis ojos reposaban en un
anciano hermoso. Allí empezó. Creo que percibí ciertos problemas en todo
aquello, en el medio del cine todavía con la luces encendidas, porque decidí
instantáneamente no esperar al final de
la película para declarar mis sentimientos… como todo hombre enamorado siempre
abandona su plan… los pasos… Pero decía
que por primera vez en muchísimo tiempo o puede que sea la única, sentía que mi
vida se abría a lo ancho y el final resultaba en un infinito de paz y
conformidad. Era ese abrazo mi destino, porque sonrió de nuevo y entendí que no
la agobiaba la natural rareza de todo aquello. Al final de aquella tarde, donde
luego caminamos de la mano por una calle que encendía sus luces y todo ese
brillo hacía que la alegría también estuviese afuera, en el medio de una
conversación interrumpida de risas y miradas en las que nos relajábamos, fue
que me enteré su edad. Dieciocho años. Era la menor edad que esperaba, me había convencido que podría
tener al menos veinte…
En un momento
reconocí una calle solitaria y nos lleve hacia ella para aplacar mi vergüenza.
Era igual mágica… sentí al amor venciendo felizmente todos los impedimentos…
Ahora
en mi casa la esperó, para seguir con las clases… eso decidimos… Sí, me siento
ansioso, incómodo dentro del tiempo, él es lento y de repente se acelera,
también quiero quedarme en el presente, a él lo conozco. Cuando pasan veinte horas sin señales de ella temo que se
arrepienta y no pueda con nuestra aventura amorosa. A un hombre que ya ha
vivido, lo bueno y lo malo, le sucede a
menudo que siente que se encuentra en la etapa frágil de la alegría.
domingo, 3 de noviembre de 2013
Párrafo sobre el amor y la timidez, El miedo. "El escritor y la mujer francesa"
También
había pensado en la lluvia cuando
reposaba junto al cuerpo dormido de Jacqueline, una de esas pocas noches, en la
refulgente penumbra que se movía con los azares de los colores exteriores, de
los semáforos, de los neones, en que la
noche era para mí un inmenso mundo que casi no merecía. Imaginaba que llovía en
ese silencio que me envolvía por primera vez sin sentirme solo cerca de una mujer, y me resistía a dormir porque
los pensamientos eran cada vez mejores, era el primer amor o siempre los amores
son inéditos. Cuando uno lo descubre siente que lo conoce de toda la vida, la
naturalidad de lo bello... Tanto tiempo me
acostumbre a sentir que no merezco la
felicidad o nunca lo pensé lo suficiente, por eso aquellas felices sensaciones
en mi cuerpo, en el aire quieto de nuestros reposos, me resultaban un hermoso
mundo que a veces no era mío. Los frágiles merecimientos de los cobardes. No,
no debo ser tan duro, siempre luche contra mis miedos, y esa noche después de
todo estaba allí con ella. Todo el
tiempo, hasta que me quede dormido, intentaba descubrir dónde estaba la mentira de
todo aquello, pero no… efectivamente era así, a la semana de regresar a Buenos
Aires llegaron los primeros correos electrónicos de Jacqueline. Esas
palabras…podían ser almibaradas,
juveniles, pero no mentían, y eran tan
bellas... Descubrí que el amor solo se crea a base de exageraciones porque la unión entre las personas no es tan firme al
principio, y la exacerbación de lo que se siente crea el ciclo donde el otro se
atreve a más, y así con el uso de las palabras y de las miradas y de los
cuerpos las personas se predisponen o al menos asumen con confianza el gran
riesgo que todavía no ven, porque cualquier asunto que sea muy importante para
una persona puede ser también su perdición.
jueves, 24 de octubre de 2013
Final de la novela Dioses Negros.
Más tarde hicieron el amor y
todo fue muy suave porque su espíritu estaba imbuido de resignación, de todas formas había tomado la
pastillita para que ella se sienta bien. Cuando la dejó en la casa de su madre
se felicitó de no decirle nada de sus temores. ¿Qué ganaría? No había optado
por salvarse…
Ya en su casa se preguntó inercialmente por qué no
escapaba él también y no llegó a ninguna conclusión definitiva. No era edad
para huir… no era un plan para su vejez. Un exilio era injusto desde todo punto
de vista pero sobre todo un despropósito, no era indigno pero era una fuerte
sacudida a su entereza. No, no jugaría el juego de los otros. Decidió que se
vive hasta donde se puede y además su cuerpo tampoco lo ayudaba. Posiblemente
si lo hubiese hablado con alguien hubiera llegado a otras conclusiones pero
todo era vertiginoso e inmediato y decidía intuitivamente con su corazón ya muy
cansado. Dos llamados vacios sucedieron mientras pensaba en toda su vida.
Preparó un whisky hasta el borde y se sentó en el sillón que enfocaba hacia la
puerta. Todo lo efectuaba metafóricamente, con lentitud planeada, necesitaba de
esos tiempos en los que se iba construyendo, prestaba atención a como su mente
encontraba cada uno de sus sentimientos más nobles, toda la situación requería
de ese comportamiento suave, seguro. En su contrapunto existía la otra emoción:
la exaltación que le producía saber que estaba decidiendo ese destino en lugar
de otro. Pero ya no era una lucha, solo se preparaba a través de sus
movimientos dignos como si ellos fueran una entidad con espíritu. Se acordó de la carta de su hijo y la sacó de
un cajón de la cómoda. Era ese el momento de leerla y ya no le prestaría
atención a su teléfono.
“Desde
la muerte.
… acá
estoy tío tirado en el medio de la nada... eres quien me dio la vida, el que me
ofreció las fuertes palabras de padre, eres quién nos decía que no hagamos más tonterías, y acá
estoy, desesperado en este jardín donde una familia es normal. Qué bien la
pasan los que se destinan a vivir mejor… veo a lo lejos a una mujer con un hijo
en brazos…me observa, se detiene en mis ojos asustada…creo que ya no siente
miedo ni odio, esta conmovida, una vida humana podría terminar…la mía, y
estúpidamente. Pero la veo borrosa, de mi estómago ya no sale tanta sangre pero
siento la humedad tibia que rodea mi cuerpo y moja mi espalda, he perdido mucha
sangre… El hombre que me disparó se acerca a mí e intenta algo, aprieta con un
trapo mi herida… en sus ojos graves entiendo lo que me está pasando. Es raro
pero siento su desconocido afecto… Ahora con un teléfono llama a alguien… rezo
porque sea una ambulancia, no quiero morir… él me sonríe… ya no somos enemigos,
es la inmensa miraba de un ser humano cuando no puede hacer nada por otro, es
el miedo moderado de la condición de ser hombres y estar arrojados a los mismos
riesgos, él podría estar muriendo…. yo llegue a este raro lugar con un arma
pero ahora…ya no importa, lo veo en sus severos ojos…quiere ayudarme, se
desespera y le grita algo a la mujer… ese hombre habrá tenido un padre o una
madre que lo ayudasen, consiguieron que crea que el mundo no es una porquería… veo el pasto y atrás la
casa sin terminar en el momento que se acerca también la mujer y me acaricia la
frente… quiero agarrar su mano me siento demasiado solo pero no puedo… ¡Cuánto
puede pesar un brazo! La de ellos es la última imagen antes de que mis ojos se
cierren, siento la oscuridad y mi cuerpo siente una paz inédita, estoy flotando…
nada me duele y me elevo… creo que me estoy muriendo pero no estoy mal… escuchó
las ultimas voces, son tres o cuatro hablan de una inyección… ya no escucho…”
Roberto
esbozó una sonrisa con sus ojos cerrados y esas palabras se transformaron en
aquello que había detrás del rostro de su hijo. Recordó a su madre en aquel
tiempo derretido pero fantástico en que se es niño y se cree en todos los
hombres y en todos los dioses. Se sintió raramente agradecido. Los ruidos eran
cada vez más cercanos pero no le preocupaban, tal vez prefería que todo eso termine o ya ni lo
sabía. Cuando los vio entrar no le costó entender quien de los dos hombres era
el Tío. Era un hombre calvo y no tenía cara de estúpido, en su rostro no
parecían caber las emociones, todo se habría diluido hace años de esa cara
hermética que miraba una escopeta larga. ¿Ellos dudaron? Tuvo tiempo para
decir…
-No
eres tan estúpido… pero has perdido… mi hijo se encuentra en el mundo… puedes
usar toda tu vida para encontrarlo… tu vida…
errática.
Luego
de unos segundos todo había terminado.
martes, 22 de octubre de 2013
El amado. poesia sobre dios y las tragedias.
Puede ser la tragedia,
el lado del azar,
que no pertenece a Dios,
o puede ser que nos toque,
aceptar,
la muerte de un niño,
la desaparición de un hombre,
la cruel indignidad en una mujer,
y sin entender,
aceptar que él también es eso,
y amarlo...
aunque en el suave despertar del sueño,
entre los roces del amor,
en la infinitud de los alumbramientos,
y tambien dentro de la suave memoria de la pasión,
y la calma,
frente a la sonrisa de nuestros muertos,
es más natural reconocerlo,
eso nos recuerda a Dios siempre,
Porque El es eso...
Aunque,
hoy habra infinidad de tragedias,
el lado del azar,
que no pertenece a Dios,
o puede ser que nos toque,
aceptar,
la muerte de un niño,
la desaparición de un hombre,
la cruel indignidad en una mujer,
y sin entender,
aceptar que él también es eso,
y amarlo...
aunque en el suave despertar del sueño,
entre los roces del amor,
en la infinitud de los alumbramientos,
y tambien dentro de la suave memoria de la pasión,
y la calma,
frente a la sonrisa de nuestros muertos,
es más natural reconocerlo,
eso nos recuerda a Dios siempre,
Porque El es eso...
Aunque,
hoy habra infinidad de tragedias,
jueves, 17 de octubre de 2013
Insomne. poesía sobre el miedo.
Es de noche y muy tarde,
debo salir de la cama,
ya no hay posibilidades,
de paz,
de dormir,
el invierno no me proteje con el cuidado de las frazadas,
este espacio no es íntimo hoy.
le temo a la mañana,
pero no soporto esta oscuridad lenta,
mis preocpaciones,
son mas que yo,
que el hombre universal,
es imposible olvidar el miedo,
qué fácil resulta el dolor,
el lugar apropiado después del desencanto,
pero hoy es otra cosa.
mañana se decidira mi futuro,
mi cuerpo puede dejar de ser mi amigo,
¿qué pasa dentro de él?
Imagino la aplicada sonrisa del medido,
y conozco aterrado que su poder es reducido,
él, también traduce la enfermedad...
deberé rezar,
y creer,
llevare mi mente a las mejores fábulas,
pensaré en mi padre muerto,
él me sonrie en un lugar
que también es de noche.
Lo abrazo...
y por fin,
lloro.
debo salir de la cama,
ya no hay posibilidades,
de paz,
de dormir,
el invierno no me proteje con el cuidado de las frazadas,
este espacio no es íntimo hoy.
le temo a la mañana,
pero no soporto esta oscuridad lenta,
mis preocpaciones,
son mas que yo,
que el hombre universal,
es imposible olvidar el miedo,
qué fácil resulta el dolor,
el lugar apropiado después del desencanto,
pero hoy es otra cosa.
mañana se decidira mi futuro,
mi cuerpo puede dejar de ser mi amigo,
¿qué pasa dentro de él?
Imagino la aplicada sonrisa del medido,
y conozco aterrado que su poder es reducido,
él, también traduce la enfermedad...
deberé rezar,
y creer,
llevare mi mente a las mejores fábulas,
pensaré en mi padre muerto,
él me sonrie en un lugar
que también es de noche.
Lo abrazo...
y por fin,
lloro.
miércoles, 16 de octubre de 2013
El escritor y la mujer francesa. Ultimo capítulo completo.
Final
cerrado. Perdón…
El
ambiente de los escritores siempre me ha
hecho sentir un extraño, que vagaba por sus alevosas expresiones de
intelectualidad, inmiscuido en sus vidas y sus horas en las que merodeaba como
un fantasma siempre lleno de una vergüenza hostil, porque los admiraba y los
despreciaba –en verdad los admiraba cuando era joven-, por sentirse ellos tan
una sola cosa, tan exclusivos. Ser escritores los convertía en eso que resume y
enaltece, más que cualquier otra cualidad lo que puede decirse de una persona. Me parecía que
mis pasos tímidos recorrían un mundo de criaturas que habían aprendido a vivir
sin las fatigas de los cuerpos, sin los miedos del alma, en definitiva una vida
que nunca será para uno, ni aunque consiga el mejor premio de literatura. Es
que justamente ese mundo no se organiza para el talento, es más para
aparentarlo.
martes, 8 de octubre de 2013
Lo indigno. Poesía.
A un hombre se lo encierra,
se lo abre por dentro,
y se exponen sus miserias sin ver,
tambien su humanidad,
ella siempre existe,
en su pesada biografia,
en los males albures,
aun sobreviven los besos en la frente,
de su madre,
universal,
posible,
el resquicio por el que podría haber sido otro,
El puede ser un hombre gravemente equivocado,
danino,
imposible, ´
pero sepamos:
La indignidad se le agrega de afuera,
en el medio de su oscuridad,
insoportable,
estas cárceles no pueden ser
la idea,
la vision, la solución,
del dios que amamos...
viernes, 20 de septiembre de 2013
Cárceles... la bestialización de un ser.... Breve comentario.
Las cárceles, qué lugar tan imcomprendido. Se arroja alli a seres humanos a que se bestialicen. En nuestro país dejan de ser seres humanos, explicando que el modelo penitenciario es de ninguna manera cristiano, judio, o musulman... O carecen del buen gusto del razonamiento aplicado, solvente, moral. Son policias por fuera de toda ley, en el costado despreciado de las reglas, destruyendo seres humanos, odiados por palabras que salen de bocas que saben denigrar, en abstracto. Necesitan no la muerte de un ser humano, si no algo mucho más grave: la muerte psicológica de un semejante. No consiguen, ni por un minuto, entender que existe un ser adentro de ese cuerpo, sin importar que tragedía haya cometido. Les guste o no..., es un ser humano. Sigue siendolo, y con menos suerte podriamos serlo nosotros. Se destruye la integridad de alguien que esta sujeto a las barbaridades de la violencia con poder y estupida de los que eligen ese circo romano, sanguineo como medío de vida. En las inocentes palabras de los aficionados a pensar, se escucha que se pudra en la cárcel, que le den cincuenta años. ¿De quién hablan? de una persona o del demonio nacido de sus oscuras ignorancias. Escucho en nuestro pais que no se habla cristianamente de los delincuentes cuando se los quiere en la prisión... y les reprochan que deben mantenerlos. ¿Hay todavia, seres moralizados precariamente, que creen que pagan la comida de los presos? Pagan todo: eso es un estado. Hasta en la absurda, obsoleta y criminal pena de muerte del Norte, hasta el último momento antes de morir, un hombre es un ser humano. Deberemos explicar mejor porque un ser humano es delincuente, o dejaremos fluir nuestra rabia ignorante y desconoceremos al dios del que siempre hablamos. Mientras El permanece callado y absorto, reprochandose nuestra ignorancia.
viernes, 13 de septiembre de 2013
Un hombre se despierta. Poesía.
Un hombre despierta.
Recoge su ropa,
se dirige al baño...
mientras su familia duerme en el silencio.
Las obligaciones,
la oscuridad,
el hombre se mueve automaticamente,
pero no celebra su amanecer,
o ni decide,
¿Por qué esta imagen me da pena?
todos los dias se repite el episodio,
de un hombre que se dirige a una vida que no eligio,
pero la pena es más honda,
mi dolor por ese hombre tiene algo de encarnación,
yo estoy en él,
puedo ser él,
y no dejo de presentir que puede ser una buena vida,
entonces,
¿A quién observó?
Cuando amo, descubro y conprendo,
el karma del hombre universal.
Puede que solo sea mi día sensible...
pero en esa imagen,
lenta,
resignada,
natural,
Comprendo la suave fatiga
que nos reune,
al vivir....
Recoge su ropa,
se dirige al baño...
mientras su familia duerme en el silencio.
Las obligaciones,
la oscuridad,
el hombre se mueve automaticamente,
pero no celebra su amanecer,
o ni decide,
¿Por qué esta imagen me da pena?
todos los dias se repite el episodio,
de un hombre que se dirige a una vida que no eligio,
pero la pena es más honda,
mi dolor por ese hombre tiene algo de encarnación,
yo estoy en él,
puedo ser él,
y no dejo de presentir que puede ser una buena vida,
entonces,
¿A quién observó?
Cuando amo, descubro y conprendo,
el karma del hombre universal.
Puede que solo sea mi día sensible...
pero en esa imagen,
lenta,
resignada,
natural,
Comprendo la suave fatiga
que nos reune,
al vivir....
jueves, 12 de septiembre de 2013
Párrafo sobre la naturaleza, las mujeres y la contemplación, " Dioses Negros" Novela.
Quien
observa a una mujer y solo ve la mera presencia de una mujer, en verdad no está
viendo a una mujer. Solo ve algo a lo que se llama mujer pero por su cortedad
desgraciada sigue pendiente de lo mismo de siempre: la pobre imaginación de su
mente. De la misma manera si alguien
mira a un árbol y solo ve un árbol no toma en cuenta a ese árbol. La caída de
sus ramas, la esquelética imagen que le hizo el invierno, el recuerdo de otros
árboles y de distintas visiones, el aroma que brota de sus blandas hojas en primavera y todo aquello que genera a quien
realmente se detiene en la naturaleza. ¿De dónde provienen esos hermosos
estados en el justo momento en el cual la
contemplación suaviza la mirada y la vida? De la propia biografía y de lo que se hizo con
ella. Si así no fuera, ni la naturaleza ni las mujeres lograrían entrar en los
hombres. Nunca había visto la manera en que su hijo observaba a su esposa pero
podría asegurar que en su productivo hermetismo, al levantar y ver a su joven
mujer siempre reconocía algo nuevo. Para Damián todo era importante, tanto es así que
decidió comprar un arma para cuidar a su familia y luego dispararle a un
hombre, y matar a un hombre y de todo
podría decirse que no evitaba los graves problemas y que era ridículamente
temerario… pero en todo se apreciaba la misma línea inconfundible de moral. Una
muy estricta puede en definitiva ser tan inconveniente como una a punto de no
existir.
jueves, 5 de septiembre de 2013
Un hombre escapando a la melancolía de su esposa ( Dioses negros )
Salía
por las noches aunque nunca volvía en horarios prepotentes y en todos los años de matrimonio llegó a tener
dos amigas sin contar a Eugenia,
aunque siempre y aun en las situaciones más divertidas
se descubrió pensando con tenaz remordimiento en Matilde. De hecho conversaba
de su esposa con aquellas mujeres, que a veces prestaban atención con femenina
solidaridad y otras montaban una escena
de celos o se replegaban en un silencioso orgulloso… el borde del la tristeza…
o se hacían un ovillo al borde de la cama duplicando su impotencia. Cuando
no estaba con ellas imaginaba todo sencillo, pero cuando era partícipe de esa densa tristeza,
en el cenit de la demanda, en el pedido angustiosamente callado de aquellas
mujeres que no amaba.
Gabriel Dancygier
martes, 27 de agosto de 2013
El recién nacido. Poesía.
Un niño nace,
y con sus ojos cerrados,
su inconsistencia...
ya tiene su futuro cerca de él,
su padres inexpertos:
el amor suave de su madre,
preocupado,
preferira que no sufra,
y le llevara sus miedos,
su padre traerá el mundo,
en la material forma en que un hogar es alegria,
sera también la manera en qué los demás,
son para sus ojos.
Duerme y nada más,
pero su vida ya parece organizada,
Y si bien existe la probabilidad,
la teoría del caos,
la genética,
todo presume cierto fatalismo,
pero es...
despues de todo un ser,
un futuro ser...
y estara obligado a ser creativo,
frente a los impoderables...
Puede que al final su destino sea solo de él.
O al menos una parte...
el fragmento feliz.
Gabriel Dancygier
y con sus ojos cerrados,
su inconsistencia...
ya tiene su futuro cerca de él,
su padres inexpertos:
el amor suave de su madre,
preocupado,
preferira que no sufra,
y le llevara sus miedos,
su padre traerá el mundo,
en la material forma en que un hogar es alegria,
sera también la manera en qué los demás,
son para sus ojos.
Duerme y nada más,
pero su vida ya parece organizada,
Y si bien existe la probabilidad,
la teoría del caos,
la genética,
todo presume cierto fatalismo,
pero es...
despues de todo un ser,
un futuro ser...
y estara obligado a ser creativo,
frente a los impoderables...
Puede que al final su destino sea solo de él.
O al menos una parte...
el fragmento feliz.
Gabriel Dancygier
jueves, 22 de agosto de 2013
Amor no tan líquido. capitulo 9. Quienes deseen leerlo completo pueden conectarse con la editorial. Saludos a todos.
El
noble intento de relacionarse.
La
modalidad defensiva y temerosa de nuestros tiempos, obliga a dos formas
características, ambas inconvenientes, para construir y armar los comienzos del
afecto. La primera modalidad inconducente es no dar espacio a los demás por el
temor a vincularse y evitar
sufrimientos, al punto que al final
llegue un momento en que la negativa puede ser por una costumbre tan
usual que termine por desactivar el anhelo de relacionarse y
ya ni las mismas personas entienden
porque se desatienden las oportunidades. Se habitúan o ya ni siquiera esperan.
La otra forma defensiva de relacionarse
–seguramente hay otras más- consiste en establecer contactos ligeros y esporádicos,
inconducentes y a veces agónicos, esto
se debe a que se reconoce que la relación emocional importa o al menos se la
necesita, pero se descree de ella como
posibilidad de felicidad y de estabilidad, por eso para no sufrir se establecen contactos breves y sin optimismo,
entonces se extrae algo exiguo y olvidable, sin esperar demasiado y si hacer
gran cosa. La búsqueda esencial de esta conducta es no sufrir aunque no se
obtenga ninguna felicidad.
martes, 20 de agosto de 2013
La ruta... poesía.
Observó por la ventanilla,
las distancias reducen el efecto de la velocidad,
y todo el verde se mueve muy despacio,
que hasta puedo detenerme en él,
y sentir la calma,
el mundo amable,
Unas vacas tuercen su cuello...
el ruido las saca del suelo alimenticio,
y observan,
piensan,
En esa simplificación siempre encuentro los reposos...
que necesito,
pero no se...
¿Lo soportaria?
Estaria solo con dios y la naturaleza,
puede que sea mucho,
o poco,
siempre la figura de la otra vida,
es solo una idea inacabada,
pero me persigue,
nos persigue,
a los mortales,
a los de una sola vida,
una sola opción...
Ahora, el atardecer...
la inmensidad se llena de una alegría nostálgica,
gratamente dolorosa...
Luego vendrá la noche inmensa...
e imaginaré el silencio.
Gabriel Dancygier
domingo, 18 de agosto de 2013
La infancia sin padre. Párrafo breve de la novela "La mujer del prójimo"
. No había forma que no fueran tiempos
difíciles…su padre faltaba todo el tiempo y esas sonrisas demacradas como la de
los payasos en tiempos de guerra y de hambre, quizás sirvieron al menos para
que esa oscuridad dolorosa no descienda
a alguna forma de parálisis. Y si bien, esa propulsión por vivir, permitió que
Ricardo continúe por su senda de ser y de buscar, de ser un niño curioso de
silencios intensos, y mantenerse dentro del mundo infantil y de sus juegos
concentrados, en la colorida metáfora en que se desarrolla todo el tiempo la
infancia, aún así más de una vez lo
embargó el tenaz resentimiento infantil que crecía con el silencio y las
inevitable injusticias, pero se diluía
cuando captaba en los ojos de su madre un maquillaje mezclado y húmedo que había
descendido por su hermoso rostro, en una lagrima colorida, para frenarse en sus
pómulos y dejar su boca limpia para una sonrisa necesaria, descubriendo que su
madre había guardado algunas de sus lagrimas, para salir, en cada una de las
veces, lo mejor que podía al gran escenario de la maternidad. En esos momentos
era cuando más la quería.
Gabriel Dancygier
El pasado y el costado muerto. Poesia.
Desde la esquina,
observo la casa y es otro tiempo.
Veinte años sin regresar,
sin entrar en sus historias,
en las que yo era parte de esas paredes,
de esa geometría espiritual,
Mi madre desde la cocina,
ofrecia su amor con los aromas,
el cobijó de las comidas,
la cena familiar,
la noche...
ella era el sector sagrado del día,
y yo un joven ignorante,
solo buscaba en los conocimientos todo
mientras no explicaran nada de mí,
más que el anhelo de ser y existir
en algun lugar de la adultez.
Esos tiempos habrán sido maravillosos,
pero... ¿por qué?
En qué momento disitnguía yo la felicidad
en aquel presente,
y ahora a metros de aquel tiempo
que parece de otro o de otros,
y sin embargo es mi vida,
mi ser,
la manera de entender mi mundo,
desde las sensaciones,
el tiempo,
el tiempo nostalgico,
es el de siempre,
Aquellos niños están ahora creando sus melancolias.
Quizas fue solo tiempo,
una infancia,
quizas eso sea la vida mirada desde afuera,
desde donde ya no se puede vivirla,
la ingrávida soledad con la que nuestros fantasmas,
los muertos,
exigen volver a este presente,
observo la casa y es otro tiempo.
Veinte años sin regresar,
sin entrar en sus historias,
en las que yo era parte de esas paredes,
de esa geometría espiritual,
Mi madre desde la cocina,
ofrecia su amor con los aromas,
el cobijó de las comidas,
la cena familiar,
la noche...
ella era el sector sagrado del día,
y yo un joven ignorante,
solo buscaba en los conocimientos todo
mientras no explicaran nada de mí,
más que el anhelo de ser y existir
en algun lugar de la adultez.
Esos tiempos habrán sido maravillosos,
pero... ¿por qué?
En qué momento disitnguía yo la felicidad
en aquel presente,
y ahora a metros de aquel tiempo
que parece de otro o de otros,
y sin embargo es mi vida,
mi ser,
la manera de entender mi mundo,
desde las sensaciones,
el tiempo,
el tiempo nostalgico,
es el de siempre,
Aquellos niños están ahora creando sus melancolias.
Quizas fue solo tiempo,
una infancia,
quizas eso sea la vida mirada desde afuera,
desde donde ya no se puede vivirla,
la ingrávida soledad con la que nuestros fantasmas,
los muertos,
exigen volver a este presente,
viernes, 16 de agosto de 2013
La montaña. Poesía.
Allí,
entre las montañas terrosas,
descubro como cambía la bellleza el atardecer,
por la mañana era blanquecino y prometedor,
limpio,
ahora el paisaje árido de colores,
baja hacia mí,
con el suave misterio del crepusculo,
todo parece lo suficiente triste,
y a la vez promete fantasias,
un pequeño hilo de agua olvidada
recorre la quebrada,
Los paisajes inhospitos...
ellos no te obligan a nada,
son de alguna manera más solitarios
que todos,
los hombres juntos...
Las piedars,
los minerales vistiendo las montañas,
de colores que en franja,
son armonía y azar,
Ingreso a mi vision y...
no soy tanto mi vida...
soy también la naturaleza...
y no esta mal.
Descanso.
entre las montañas terrosas,
descubro como cambía la bellleza el atardecer,
por la mañana era blanquecino y prometedor,
limpio,
ahora el paisaje árido de colores,
baja hacia mí,
con el suave misterio del crepusculo,
todo parece lo suficiente triste,
y a la vez promete fantasias,
un pequeño hilo de agua olvidada
recorre la quebrada,
Los paisajes inhospitos...
ellos no te obligan a nada,
son de alguna manera más solitarios
que todos,
los hombres juntos...
Las piedars,
los minerales vistiendo las montañas,
de colores que en franja,
son armonía y azar,
Ingreso a mi vision y...
no soy tanto mi vida...
soy también la naturaleza...
y no esta mal.
Descanso.
sábado, 10 de agosto de 2013
Ahora... Poesía
La mágica constelación de sensaciones
era todo
y era demasiado.
Puede el placer doler y asustar.
pero encontre el ritmo
de mi cuerpo y creí
que eso era todo.
Había entrado al mundo de los placeres
de los adultos,
y me halago ser hombre
y poseer
ese anhelo...
las mujeres eran...
demasiado
eran todo
y eso era la vida,
el exultante cuerpo de una mujer dibujada,
en papel,
llevada a mi mente.
Hoy recuerdo la construccion de mi ser
y era feliz...
hoy ya es distinto
todo me atrapa,
y solo el amor puede darme algo.
Los cuerpos
las fantasias...
que poco parecen ante el apuro
el tiempo no para de...
vigilarme.
lunes, 5 de agosto de 2013
Mediciones: Poesia.
Un hombre se cree superior por saber,
otro se cree inferior por saber,
y no vivir...
Otro vive y desprecia a los que observan,
letalmente quietos,
y se siente superior.
Cuánta culpa están creando
por su ignorancia,
tapada por cálculos.
Solo un hombre a mil metros
de la sabiduría,
puede creer en sus inservibles
mediciones,
y peor,
Confiarse a ellas...
Como si entendiera por primera vez el valor de ganar
y ser...
¿para quién?
Si no es primero para él mismo.
No,
no lo sabe,
no dedicó su tiempo a pensarse,
a entender que las posibilidades
los infortunios.
el fuerte caos de la biologia,
los absurdos accidentes biograficos... y
los inevitables,
modifican los triunfos
pero no los meritos...
giran en una rueda indescifrable que puede ser de dios,
aunque tampoco interesa.
otro se cree inferior por saber,
y no vivir...
Otro vive y desprecia a los que observan,
letalmente quietos,
y se siente superior.
Cuánta culpa están creando
por su ignorancia,
tapada por cálculos.
Solo un hombre a mil metros
de la sabiduría,
puede creer en sus inservibles
mediciones,
y peor,
Confiarse a ellas...
Como si entendiera por primera vez el valor de ganar
y ser...
¿para quién?
Si no es primero para él mismo.
No,
no lo sabe,
no dedicó su tiempo a pensarse,
a entender que las posibilidades
los infortunios.
el fuerte caos de la biologia,
los absurdos accidentes biograficos... y
los inevitables,
modifican los triunfos
pero no los meritos...
giran en una rueda indescifrable que puede ser de dios,
aunque tampoco interesa.
Los desvíos sexuales segun la óptica de un escritor. El escritor y la mujer francesa.
Vi
aquella película de la pareja de amigos que se intercambiaban sexualmente: qué
manera tan agria de crear humor. La tragedia se asoma con toda su brutalidad
cuando los cuatro amigos –tienen unos cuarenta años- se esconden desnudos –tras una noche de
autodestrucción sexual- tras una pared
interna de la casa a punto de ser
sorprendidos por el hijo de doce años que solo descubre el rostro de su padre asomado tontamente,
dejando su cuerpo desnudo protegido por esa pared. La pared de los milagros. Ellos
se pasan de esa pared a otra sin que el niño, atrás de un ventanal, los
descubra desde afuera, pide la llave
para entrar, compartiendo la ignorancia con sus amigos, pero desconoce la catástrofe que lo separa a unos
metros gracias a una pared, a una casualidad. La pared de la gracia y la locura. En el cine se festejaba la escena con risotadas porque saben,
intuitivamente, que el niño no terminara viendo a sus padres en una decadencia
tal. Puede un hijo quedarse sin padres
por tal imprudencia. La fascinación creciente
de los disconformes por destruirse a cambio de pequeñas magias inútiles.
viernes, 2 de agosto de 2013
Tiempo deslizante... Poesia....
Una fuerza extraña me sujetaba,
al tiempo,
la fragil medida de la mortalidad,
de los amores,
el espacio oscuro y profundo
del desamor.
Mi madre ya no esta en el tiempo,
tampoco mi abuela,
Mi padre...
hace dos días caminamos por un hermoso parque,
nuestros cuerpos se movían entre los árboles
como apariencias,
felices,
pero era el gesto de los viejos,
la resignada mueca frente al sol,
el infinito succiona y...
estoy solo...
él ya no me reconoce...
El tiempo pasa a cada vez que lo pienso,
y ella..
no lo se.
No me ama,
Gabriel Dancygier
al tiempo,
la fragil medida de la mortalidad,
de los amores,
el espacio oscuro y profundo
del desamor.
Mi madre ya no esta en el tiempo,
tampoco mi abuela,
Mi padre...
hace dos días caminamos por un hermoso parque,
nuestros cuerpos se movían entre los árboles
como apariencias,
felices,
pero era el gesto de los viejos,
la resignada mueca frente al sol,
el infinito succiona y...
estoy solo...
él ya no me reconoce...
El tiempo pasa a cada vez que lo pienso,
y ella..
no lo se.
No me ama,
Gabriel Dancygier
Parráfo decisivo de " El escritor y la mujer francesa"
Cuando
ayer la hermosa mujer francesa subió las odiosas escaleras para hacer sus
trámites antes de subir al avión, sentí golpear en mi cuerpo la profunda
desilusión de aquella sonrisa. Hubiera sufrido menos ese impacto si ella hubiese
llorado. Es mucho peor que las personas que amamos no nos muestren su dolor y
que en la obligada tarea de adivinarlo quedemos a merced de esa valentía que
los convierte en doblemente dignos y más merecedores de ofrecer nuestra vida
por ellos. Podría arriesgar mi vida por esa mujer que intentaba amarme de
verdad -mientras dejaba de mirarme para
abandonar la escalera eléctrica o para
llorar-, pero no podía ofrecer la vida de Isabel, no… no podría y no dependía
de una axiología o del peso de mi moralidad… era una dura imposibilidad
material, no salía de mis pensamientos ni de ninguna gran reflexión, era que mi
cuerpo no conocía ni aprendería sobre esos desprendimientos.
Cuando me enteré de le enfermedad de Isabel la disyuntiva había concluido. Yo
ya conocía el resto de mi vida. Si el momento de mis dos destinos era un
péndulo en el que yo prefería que lo detenga el azar por sí solo, para señalar
a una de las dos mujeres… Ahora entiendo que nunca existió ningún péndulo, solo
mi imaginación necesitaba de las dudas, el resto ya estaba sentenciado. Y
comprendí que de allí en más el recuerdo de esa joven francesa tendría la
constancia de un clavo en mi corazón, y solo el extenso tiempo y su planicie me
acostumbrarían a diluir aquella hermosa historia de palabras y de olores y de
renacimiento.
lunes, 29 de julio de 2013
Amor, demasiado para mí... Poesia.
A veces tengo miedo.
Este es el comienzo de un amor,
y el contorno de aquella,
tarde entre las penumbras...
de tu cuerpo,
de todo lo que eres,
me asustó...
Es cierto que puede doler la belleza,
si tiende a ser de uno,
porque en un sentido no lo es,
o puede,
que en varios,
el amor sorpresivo y brusco,
como el de siempre,
obliga a tener la cabeza muy en orden,
es una gran tarea,
así,
tan claro,
como cualquier acto trascendente.
Me asustará también un quirófano,
las muertes de mis padres,
la extraña finitud,
la mia,
Puede que haya de poner muy en orden los pensamientos,
para no establecer
una horrible continuidad,
entre el amor perdido...
y las horribles profesias...
Ellas...
hacen que los sufrimientos cotidianos
se llenen
de un dolor indecible.
O puede que el amor,
virulento,
sea...
mucho para mí.
Gabriel Dancygier
Este es el comienzo de un amor,
y el contorno de aquella,
tarde entre las penumbras...
de tu cuerpo,
de todo lo que eres,
me asustó...
Es cierto que puede doler la belleza,
si tiende a ser de uno,
porque en un sentido no lo es,
o puede,
que en varios,
el amor sorpresivo y brusco,
como el de siempre,
obliga a tener la cabeza muy en orden,
es una gran tarea,
así,
tan claro,
como cualquier acto trascendente.
Me asustará también un quirófano,
las muertes de mis padres,
la extraña finitud,
la mia,
Puede que haya de poner muy en orden los pensamientos,
para no establecer
una horrible continuidad,
entre el amor perdido...
y las horribles profesias...
Ellas...
hacen que los sufrimientos cotidianos
se llenen
de un dolor indecible.
O puede que el amor,
virulento,
sea...
mucho para mí.
Gabriel Dancygier
sábado, 27 de julio de 2013
Una mujer demasiado joven... Poesía.
Sí, que existen los amores raros,
pero como saber,
reconocer,
el tranquilo descanso de un alma...
Combinaciones,
repletas de contrasentidos,
a fuerza de encontrar amor o sus derivados,
la negligente fuerza por encontrar conpañia feliz,
o quien sabe,
eso puede resultar todo para muchos,
Yo,
he tenido un amor raro,
pero era al fin,
amor...
hay... la diferencia de edad,
y sus ecos.
las miradas crueles,
impiadosas,
de sentencias desconocidas,
detrás,
fuera de la orbita de hipocrecia,
no, nada es facil...
necesitaba convertir en posible nuestro amor,
nivelar las edades,
jugaba con los números,
subía el de ella cinco años
pero no alcanzaba...
y así,
a cada rato,
envejecía.
pero como saber,
reconocer,
el tranquilo descanso de un alma...
Combinaciones,
repletas de contrasentidos,
a fuerza de encontrar amor o sus derivados,
la negligente fuerza por encontrar conpañia feliz,
o quien sabe,
eso puede resultar todo para muchos,
Yo,
he tenido un amor raro,
pero era al fin,
amor...
hay... la diferencia de edad,
y sus ecos.
las miradas crueles,
impiadosas,
de sentencias desconocidas,
detrás,
fuera de la orbita de hipocrecia,
no, nada es facil...
necesitaba convertir en posible nuestro amor,
nivelar las edades,
jugaba con los números,
subía el de ella cinco años
pero no alcanzaba...
y así,
a cada rato,
envejecía.
Suscribirse a:
Entradas
(
Atom
)